La llegada de la pandemia por COVID-19 ha hecho estragos a nivel sanitario, social y económico, y va dejando una estela de contratiempos, además ha creado un escenario en el cual podemos analizar algunas dimensiones sustanciales de la naturaleza humana, como son la sexualidad y la reproducción.
La sexualidad no sólo puede proporcionar bienestar, sino que nos acompaña inevitablemente como nuestra sombra, nos permite el auto-reconocimiento y el reconocimiento del otro. Por tanto, cuidar adecuadamente este ámbito de la vida supone una obligación.
En tiempos del COVID-19, nos recuerda que procurar la supervivencia y seguridad física es una prioridad en la jerarquía de necesidades humanas, también es importante no olvidar la importancia de atender adecuadamente la salud sexual y reproductiva de la población.
Los científicos han encontrado el coronavirus en las heces y en el semen de los hombres, incluso después de que los hombres hayan comenzado a recuperarse del COVID-19. Eso significa que existe la posibilidad de que el virus se transmita sexualmente, pero no se sabe lo suficiente, y algunos científicos piensan que es poco probable.
Algunos investigadores han sugerido que si bien la abstinencia conlleva el menor riesgo de infección, no es una opción realista para muchos y la idea de que el sexo sería “peligroso” podría tener “efectos psicológicos insidiosos en un momento en que las personas son especialmente susceptibles a las dificultades de salud mental”, según un estudio publicado en mayo. Sin embargo, los científicos saben que es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa.
Dado que el COVID-19 puede propagarse a través de la saliva y la respiración, la agencia sugiere que las personas usen un tapabocas o una máscara facial mientras tienen relaciones sexuales.
Las personas deben ser cautelosas al usar la prueba para tomar una decisión sobre con quién tener relaciones sexuales y qué tipo de relaciones sexuales ya que una prueba de anticuerpos no es una prueba definitiva de que la persona sea inmune.
La transmisibilidad del COVID-19 a través del sexo no se ha estudiado de cerca.