Autor: Dr. Jorge Gaspar Hernández
Nos ha tocado vivir el infortunio que la pandemia actual ha provocado en todos los ámbitos de la vida humana. En el INC nos hemos adaptado para contraatacar en dos frentes: uno dirigido a prevenir contagios en el personal y el otro para atender a las personas afectadas.
Para el primero, se implementaron medidas higiénicas, de distanciamiento social y de capacitación en el uso de equipos de protección personal. Pero la estrategia principal, la vacunación, está pendiente porque todavía no contamos con ella.
Para el segundo frente se realizaron una amplia diversidad de acciones. Como ejemplos: adecuar la infraestructura; anticipar la adquisición de los insumos pertinentes; aplazar la atención de nuestros pacientes usuales, o realizarla a distancia; reasignar las labores en todas las áreas; mantener una actualización permanente en los conocimientos y lineamientos que constantemente surgen sobre esta nueva enfermedad; y participar en esta generación de recomendaciones y de conocimiento nuevo.
Gracias a la colaboración general, y a pesar de las dificultades, el Instituto ha estado a la altura del reto. La pandemia ha sido catalizador de nuestra capacidad de adaptación, como lo atestiguan los artículos y las fotografías de este número Motu Cordis.
Te invitamos a seguir con la lectura del artículo en Motu Cordis, página 6