Uno de los debates más frecuentes es si debemos usar cubrebocas aunque no presentemos síntomas de la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud y la Secretaría de Salud de México han concordado en que el uso de la mascarilla, sobre todo las tipo N95, deben permanecer solamente para uso médico o para aquellas personas que estén en contacto con cualquier enfermo de COVID-19.
Por otro lado el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) ha emitido un llamado para invitar a todos los que por alguna razón no puedan permanecer en casa a usar cubrebocas al salir e interactuar con otras personas.
Según los datos de esta institución, las mascarillas están diseñadas para proteger a otras personas en caso de que se esté infectado y dado que se ha comprobado que muchos portadores del virus son asintomáticos, estos podrían estar contagiando sin saberlo.
Por ello debemos aprender a utilizar este artículo de manera correcta. Aquí algunas recomendaciones:
- El cubrebocas azul o blanco (el más delgado) nos ayuda a proteger a los que nos rodean y a brindarnos a nosotros mismos cierta protección. Cuando alguien estornuda puede emitir gotas grandes de aerosol que, hasta cierto punto, pueden ser detenidas por los cubrebocas.
- Es importante que el cubrebocas proteja también la nariz. Muchas personas únicamente resguardan sus bocas pero el propósito de esta herramienta es proteger las vías respiratorias en su totalidad.
- Un cubrebocas convencional, ya sea azul o blanco, no tiene más de un día de tiempo efectivo de uso (algunos expertos consideran que debe cambiarse por uno nuevo después de 5 horas), todo depende del tipo y el tiempo de uso que se le dé. Es importante cambiarlo diariamente.
- Es recomendable utilizar el cubrebocas en la calle, o al platicar con otra persona en cualquier otro sitio, ya que todas las personas sacamos micropartículas de saliva al hablar, suficiente para contagiar a otra persona.
- Se debe utilizar al salir y desecharlo en una bolsa de plástico cerrada al regresar a casa.
- Es importante lavarnos las manos frecuentemente. De nada sirve usar un cubrebocas si se compra un refresco en la calle y se bebe sin asear las manos (y el envase). En caso de que la persona se encuentre en un lugar en donde no puede lavarse las manos de inmediato, debe evitar tocarse la cara, en especial ojos, nariz y boca.
- Hay que utilizarlo lo más ajustado posible.
- Evitar estar poniendo y quitando constantemente el cubrebocas.
Las mascarillas son un potente recordatorio para no acercarse las manos a la cara, además que mientras más personas se sumen a usarlos será mayor el beneficio para todos.