En México hasta el 2018 había 2 millones 66 mil profesores en el sistema educativo nacional, según datos de la Secretaría de Educación Pública. De todos, 4.9% trabaja menos de 14 horas a la semana, 54.30% trabaja de 14 a 34 horas, 38.10% de 35 a 48 horas, 2.70% más de 48 horas.
“Un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede predecir
dónde acabará su influencia.” (H.B. Adams)
El 15 de mayo fue instituido como el día del maestro para conmemorar una de las labores más importantes y antiguas de la sociedad en México.
En 1917, el presidente Venustiano Carranza firmó el decreto para instituir esta fecha como la oficial para honrar a los profesores de nuestro país y a partir de 1918 comenzó a conmemorarse. Los diputados, Benito Ramírez y Enrique Viesca, presentaron la iniciativa con el objetivo de agradecer a los educadores por su labor.
Además, el 15 de mayo coincide con otra fecha relacionada a la educación, pero en el ámbito religioso. Este día, el santoral católico conmemora la fiesta de San Juan Bautista de La Salle, un sacerdote, teólogo y pedagogo; que dedicó su vida a la formación de maestros que se dedicaban a la educación de niños de escasos recursos e hijos de artesanos.
Por estas acciones, el papa Pío XII nombró a San Juan Bautista de La Salle “el patrono universal de los educadores” el 15 de mayo de 1950 y por estas dos razones se decidió celebrar el día del maestro en esta fecha.
ALGUNOS DATOS INTERESANTES
/° El Día del Maestro se celebra en más de 100 países en distintas fechas.
/° En 1966 la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en colaboración con la Organización Mundial del Trabajo, publicó un documento que hasta hoy es el único instrumento normativo internacional que señala los derechos y obligaciones de los maestros.
/° En México, el 96% de los maestros de pre-escolar son mujeres. Su participación va bajando conforme va avanzando el nivel educativo, hasta llegar a solo representar el 46% de los docentes de la educación media superior.
No existen fórmulas ni reglas mágicas que creen profesores buenos y que sepan motivar a su alumnado, pero sí existen características personales y profesionales que hacen que el profesor sea considerado mejor que otros, por saber llegar a sus alumnos, motivarlos en las tareas, saber gestionar su empatía y su autoridad al mismo tiempo.