Dr. Susano Lara Vaca
Cardiología – Electrofisiología
Hospital Ángeles León, Guanajuato
Correo: susanolara@yahoo.com.mx
El síncope, que comúnmente llamamos desmayo, se define como la pérdida momentánea (transitoria) del estado de alerta (la conciencia), provocada por una reducción del aporte de sangre con oxígeno y nutrientes a todo el cerebro, lo que ocasiona que el paciente pierda el control de su cuerpo y se caiga. Al momento de caer, se restablece el flujo de sangre al cerebro y la persona recupera el conocimiento sin que haya ninguna secuela, en un periodo no mayor a un par de minutos y, muy importante, sin intervenciones mayores, es decir, espontáneamente. Este es un síntoma común y uno de los síntomas pivote en cardiología.
La secuencia de eventos, como se menciona más adelante, tiene diversas causas. En un alto porcentaje de pacientes se trata de una mala “comunicación” en el sistema nervioso autónomo, el que se encarga de realizar las funciones corporales en las que nosotros no pensamos (regulación del pulso, presión arterial, cómo se mueven los intestinos o si se contrae la pupila cuando hay mucha luz, entre otros).
Esta mala comunicación hace que para pequeños estímulos haya grandes respuestas que inducen la reducción del flujo sanguíneo cerebral. Esta variedad se denomina síncope neurocardiogénico o vasovagal o neuralmente mediado. Es una causa benigna.
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