Las paperas  son una enfermedad provocada por un virus que se contagia a través de la saliva y que puede infectar muchas partes del cuerpo, especialmente las glándulas salivares parótidas. Estas glándulas, que producen saliva, se encuentran en la parte posterior de ambos pómulos, entre las orejas y la mandíbula. Cuando una persona tiene paperas, estas glándulas se inflaman.

Las paperas era una enfermedad frecuente hasta 1967, cuando se aprobó la vacuna. Desde entonces, la cantidad de casos ha disminuido a menos de 1.000 al año y las epidemias son muy poco frecuentes.

Como en la época previa al desarrollo de la vacuna, la mayoría de los casos de paperas se dan entre niños de cinco y catorce años, pero la proporción de adultos jóvenes ha ido aumentando lentamente durante las dos últimas décadas.

Síntomas

• Fiebre superior a 39,5 º C.
• Dolor de cabeza.
• Pérdida del apetito.
• Inflamación de las glándulas parótidas. El dolor se intensifica al tragar, hablar, masticar o beber zumos ácidos.

Los síntomas aparecen durante la primera semana después de que las glándulas parótidas se empiezan a inflamar. Los médicos creen que aproximadamente una de cada tres personas que padecen paperas no presenta síntomas.

El virus es contagioso, se puede transmitir a otras personas al estornudar, toser o incluso reír, también a través del contacto directo, por ejemplo, al manipular pañuelos o utilizar vasos que ha usado una persona infectada.

Las personas con paperas son especialmente contagiosas durante el período de tiempo comprendido entre dos días antes de la aparición de los síntomas y seis días después de su desaparición.

Prevención

Las paperas se pueden prevenir administrando la vacuna pertinente.

Si sospechas que tu hijo puede tener paperas, acude al pediatra, quien confirme el diagnóstico e indicara cómo controlar la evolución del niño y cómo detectar posibles complicaciones.

Puesto que las paperas están provocadas por un virus, no se pueden tratar con antibióticos.